Pack your bags, Evaristito

La cúpula legionaria empieza a preparar las maletas

21/02/2010

Evaristo Sada pide nuevamente perdón, con un sutil reconocimiento, sólo indirecto, de los abusos sexuales cometidos por su fundador. Es un paso más en el lento camino legionario hacia la realidad, pero no es un paso sincero: los superiores de la Congregación se preparan para su cese forzoso. Saben que el Vaticano ya lo ha decidido.

El perdón del Secretario General debería haber salido del Director General, Álvaro Corcuera, y la referencia a las víctimas debería haber sido clara y sin tapujos. Por eso, esta nueva declaración legionaria parece más que otra cosa un intento de preparar a la Congregación para la decisión Vaticana que pronto se hará pública: el cese de la cúpula y la elección de un Comisario Pontificio que convocará un Capítulo General cuya misión será refundar la Congregación.

Sada es todavía hoy Secretario General, cargo que ocupa desde hace más de veinte años. En realidad, durante años su oficio consistió en interpretar la mente de un fundador casi siempre ausente para dar órdenes en su nombre. Algunos legionarios llegaron a llamarle “Nuestro Padre Evaristo”. Era el Legionario de Cristo más cercano al fundador, sin embargo, no tiene reparos en aprovechar la petición de perdón para exculparse:

“…cuando viví con nuestro fundador, no vi las cosas negativas que ahora conocemos; no las vi, sólo fui capaz de ver lo bueno y no me di cuenta de lo malo.”

Este sacerdote no tiene ninguna credibilidad: si no las hubiera visto, por ser tan ciego; pero como sí las vio, por mentir. Si los que fuimos mucho menos cercanos a Maciel pudimos comprobar tantos aspectos de su vida que se nos hacían incomprensibles y sospechosos, qué no habrá visto su más cercano colaborador.

Las palabras de Evaristo Sada han sido:

“De todo corazón quiero pedir perdón a las personas a las que nuestro fundador haya afectado a causa de los actos inmorales en su vida personal y a las personas que se hayan sentido heridas por sus consecuencias. El P. Álvaro lo ha hecho y lo está haciendo en público y en lo personal, pero de nuevo pedimos perdón porque nos pesa sinceramente lo que la Iglesia y estas personas han sufrido”.