Sunday, August 3, 2008
From someone who likes "Ten Commandments of..."
El otro día acudí a una conferencia sobre “sectas” cuyo conferenciante parecía estar bastante cercano a la iglesia católica, porque, a pesar de la exhaustiva enumeración de grupos sectarios, no incluyó a movimientos tales cómo “Opus Dei”, “Comunión y liberación”, “Focolaris”, “Neocatecumenales”, “Legionarios de Cristo” y otros como sectas; y, para mí (con perdón de quienes opinen lo contrario) lo son.
Tampoco se permitió al auditorio plantear preguntas o/y dudas al conferenciante sobre lo expuesto en su conferencia, siendo un acto “muy asimétrico”. (¡Quién me mandaría ir!... Sabiendo la sede de la conferencia y quien era el conferenciante, tenía todos los números de la rifa para que me tocara una conferencia así, pero a veces le mueve a una la curiosidad, ya se sabe…).
Opino, también, que no acotó del todo –más bien lo soslayó- la definición de lo que debería entenderse (siempre en mi opinión, claro) por secta, ya que en principio, cualquier agrupación discorde con el grupo dominante, puede ser considerado por éste cómo una secta, sin que la palabra “secta” determine a priori y per se, nada peyorativo, salvo para quienes así lo determinan; y sin que ello quiera decir que se trata de una secta destructiva, e incluso podría tratarse de una “secta constructiva” en algunos casos, mientras que el grupo dominante podría ser considerado como secta destructiva… Bueno, creo que esto daría para mucho, pero como no quiero extenderme –tal vez un día lo haga-. Les dejo con un nuevo decálogo –que ya hace tiempo que no presento ninguno-:
Decálogo de las sectas destructivas:
1º Ofrecen soluciones y respuestas estandarizadas, incuestionables, inamovibles y dogmáticas a sus integrantes, sin que ninguno de ellos tenga la posibilidad de plantear ningún resquicio de nuevas preguntas, y ni mucho menos “críticas y/o dudas”; siendo castigadas las discrepancias con severas penalizaciones.
2º Estar dirigido por personas “carismáticas”, “visionarias” e “iluminadas” que de manera incuestionable e infalible dirige a cada uno de los integrantes y al grupo.
3º Poseer mecanismos para abolir la independencia, autonomía y libertad tanto de obrar, como de pensar y expresar, de cada uno de los integrantes del grupo y del propio grupo, poseyendo esos privilegios, únicamente el dirigente del grupo y su “aleccionado” staff.
4º Tener un “acceso fácil” para quienes quieran formar parte de ese grupo, con promesas de “crecimiento, realización, etc.”, en todo plano, tanto personal y espiritual, como material y profesional, y también promesas de “arreglo de la sociedad y la humanidad”; y tener una salida y/o abandono del grupo tortuosa y casi imposible. Pueden entrar todos, pero no puede salir casi nadie… Y en este punto debo decir que el acceso –bautismo- a la iglesia católica tiene anchas puertas, pero la salida –apostasía- tiene puertas estrechísimas, casi impracticables.
5º Abolir, en cada uno de los integrantes, cualquier relación libre con el exterior, controlando y dirigiendo el cómo, el dónde y el cuándo deben producirse los contactos. Y lo mismo en cuánto alude a lectura, música, etc. Nada escapa a la alta censura del dirigente y su staf.
6º Ir minando la autonomía económica y la libre disposición de los bienes de cada uno de los integrantes del grupo, de modo y forma que esos bienes pasen a ser posesión del dirigente y de su staff, so pretexto de donaciones a favor de las obras de la institución.
7º Abolición paulatina, pero progresiva del libre albedrío y poder de decisión personal de cada integrante del grupo.
8º Abolición de la pluralidad y de la diversidad en cada uno de los integrantes del grupo y modelación de una uniformidad controlada y vigilada.
9º Robotización psicológica de cada uno de los integrantes del grupo, con anulación de los deseos personales de expansión en cada uno de sus integrantes, así cómo del librepensamiento y la libre expresión de ideas.
10º Tener estructuras totalitarias, autoritarias y de jerarquía piramidal antidemocrática de poder, estrictamente regidas por criterios dogmáticos e incuestionables, erigidos en verdades absolutas.
Estos serían los 10 puntos que valoraría para decidir o no, si un grupo o asociación es o no una secta, en sentido amplio y más allá de los ámbitos sociales y/o religiosos de pertenencia, de sus creencias y postulados, y de cuales sean sus objetivos.
Bueno, ahí dejo mi reflexión.
Carmen Moreno Martín
Alias Hannah
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